viernes, 4 de diciembre de 2015

Le vide. La exposición de Yves Klein que pretendía cambiar el orden social.

A finales de la década de los cincuenta el concepto obra de arte era para Yves Klein, mas importante que la propia obra de arte material. Por eso, en 1958, se decidió a exponer la obra artística que años antes Delacroix definió como indéfinissable o el mismo como inmaterial, es decir, como el estado sensible perceptible en todas las facetas de cada gran obra de arte. Esta exposición, conocida como Le vide (El vacío) tuvo lugar un 28 de abril de 1958 en la Galerie Iris Clert en París, y en las invitaciones, algunas de ellas enviadas como entradas por un valor de 1500 francos, llevaban el título de Epoque Pneumatique.
Aquella misma tarde, se pretendió iluminar el obelisco situado en la Place de la Concorde de la capital francesa de color azul, dejando en total oscuridad el pedestal. Todo y las pruebas realizadas para el evento, el permiso para realizar esta obra artística, se denegó en el último instante.

Mientras, en la Galería Iris Clert, dos soldados de la  guardias de la república vestidos con el uniforme de gala, se encontraban en el exterior simbolizando el paso a otra dimensión. En el interior, con las paredes pintadas completamente blanco por el propio pintor, no se podía apreciar ningún objecto, incluso los teléfonos fueron quitados para dar comienzo al evento. A los mas de 3000 visitantes que iban accediendo a la galería, se les ofreció un cóctel, de color azul, que según se informó con posterioridad, teñiría también de este color los humores corporales de todos los asistentes. Entre los asistentes se encontraban personajes ilustres como Albert Camus, el pintor Wilfredo Lam y, dando un toque enigmático, dos delegados de la orden católica de los Caballeros de San Sebastián, de la Klein formaba parte desde el año anterior.  

Unos de los momentos culminantes de la exposición fue el discuros del propio Yves Klein, en el que daba la bienvenida a la Epoca Pneumática, definiendola como un momento histórico para todo el arte. Una época donde la esperitualización del cuerpo, daba paso a corporeización del espíritu, tal y como se manifiesta en la vida real y práctica. En la filosofía griega el pneuma, no solo hacía referencia al aire en general, sino también a la respiración, es decir, se podía entender el concepto de pneuma como el inicio de la vida o la fuerza del alma. Pero Klein, le dio un un significado mas político. El pintor francés pretendía dar comienzo a un nuevo orden mundial, hecho, que de alguna forma se materializó en una carta que Klein envió al presidente Einsenhower tras la inauguración  (20 de Mayo de 1958) y que estaba encabezaba por el título The Blue Revolution.  En ella escribía:

"Mi partido y yo creemos que con esta transformación de la estructura del gobierno habremos instaurado un ejemplo en todo el mundo, equiparable a la Revolución Francesa de 1789 por su magnitud e importancia, cuyo ideal universal de "igualdad, igualdad, fraternidad" fue necesario en el pasado y sigue siendo indispensable hasta hoy en día. A estas tres virtudes, junto con los derechos humanos, hay que añadir un imperativo social definitivo: el deber."

La exposición de aquel espacio vacío, fascino al público en general y a muchos intelectuales de la época. Un hecho que lo demuestra, fue que esta fue ampliada una semana a los ocho días iniciales. En cuanto a los intelectuales, personajes como Camus, reaccionó con un texto poético en el libro de invitados donde podía leerse: "Con el vacío los plenos poderes".

No hay comentarios:

Publicar un comentario